Nuestra historia
Nuestra creadora, Mónica Sada, dejó su trabajo en un banco de Nueva York para montar su propia firma de belleza en 2017, y lo hizo para dar solución a sus numerosos problemas de piel.
Desde sus comienzos, ella lo tuvo claro: la mujer y el hombre del S.XXI no siempre tienen el tiempo ni tampoco los recursos económicos para cuidarse la piel. Acudir al centro de estética para disfrutar de su gran tecnología no siempre es posible, y el mundo de la belleza del lujo es en ocasiones altamente costoso. Así que pensó: ¿no sería posible crear una marca que uniese los dos mundos, con una tecnología 0% invasiva y una dermocosmética de lujo, pero asequible? Tras reunirse con más de 35 laboratorios en España y 15 fábricas de tecnología en Asia, consiguió lo que buscaba. Crear la primera marca de belleza que traslada cómodamente el centro de estética y de origen natural y sostenible a cada hogar con resultados 100% efectivos.